
Hace unos días, viendo un especial en Semana Santa del programa Callejeros, quedé sorprendido, no por los continuos controles alcoholémicos que realiza la Dirección General de Tráfico, a los cuales ya estamos acostumbrados, si no por la mentalidad que alberga en gran parte de la juventud, a la hora de jactarse de la Guardia Civil y de despreocuparse de su salud y el riesgo que generan a los demás.
Un claro ejemplo es este vídeo que os pongo. No es triste, si no penoso que gentuza como esta no valore su vida... y no solo eso, ya que si desean destruirla metiéndose coca, heroína o cualquier otra droga sin joder a los demás pues que lo hagan si no que no valoren la de los demás.
Cretinos inconscientes como estos, se creen que así se consideran....¿ mas graciosos?, ¿hombres?, ¿listos?, ¿maduros?....y un sin fin de adjetivos ausentes en su educción desde su nacimiento. Valores que desde un principio, sus posibles tutores por no culpabilizar a sus padres de su responsabilidad no han sabido metérselos dentro de su masa encefálica reducida.

Lo mas triste de todo esto, es que probablemente lo único que les sucederá es una sanción económica, la retirada de algunos puntos del carnet de conducir o alguna suspensión... y nada mas. Y nuevamente, volverán a coger un coche metidos hasta el culo de droga a jugarse la vida o la de los demás como si de un juego se tratase.
Básicamente, es un problema de base educativa. Con eso, no quiero quitarles culpa, ellos también la tienen, y bastante, pero la despreocupación, de unos padres, en lo que son los valores éticos y del comportamiento de las personas no tiene perdón de Dios. ¿Cuantas veces hemos visto a un padre reconocer el error de un hijo al cometer cualquier desgracia indeseable?.... ¡¡¡muy pocas!!!.... y menos reconocer que el ha sido el origen (no siempre) de que su hijo sea un sinvergüenza.
Lo cierto, es que ni las sanciones, ni las amenazas de pena de cárcel, van a evitar que gentuza como esta sigan cada fin de semana destrozando las vidas de personas inocentes sin culpa de nada. Así que la única esperanza es tener suerte de no cruzarte con un desgraciado de estos. y si lamentablemente sucede, que sean ellos los que se lleven la peor parte
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